Lo vimos en Zaragoza en el caso de “los tirantes” y la muerte de un hombre a golpes. El jurado no acabó de apreciar intención de matar o incluso de asesinar, cuando se acaba con la vida a patadas en la cabeza de un hombre al que previamente se había tirado al suelo de otro golpe.
Cinco años de prisión para Rodrigo Lanza por homicidio imprudente en situación concursal con lesiones, saldrá el próximo junio… increíble.
Pensábamos que podía repetirse en el caso de Diana Quer y el jurado no vería agresión sexual cuando no se encontró ninguna prueba evidente de ello: ADN, marcas en el cadáver…
Pero la valentía de los jurados al ver y apreciar indicios solidos de agresión sexual en los antecedentes del agresor, en la evidencia que traslado a la victima a una nave abandonada con esa intención, donde permaneció hora y media con su asesino y posiblemente violador.
Al menos la toco, eso es suficiente para estimar que existió agresión sexual, bien por el jurado que ha dejado la puerta abierta a la presión permanente revisable.
En ocasiones, sólo en ocasiones, la seguridad jurídica debe ceder ante el sentido común y la justicia.
